Tuesday, September 6, 2011

35a VII Feria del Libro en Panamá: Periódicos


VII FERIA DEL LIBRO EN PANAMÁ: PERIÓDICOS


PERIÓDICO HOY
29 Agosto 2011, 11:11 PM
Escritores criollos tuvieron su espacio en la FIL de Panamá
Distinción. El país fue el Invitado de Honor en la VII Feria del Libro de Panamá
Con el lema “Cada libro tiene un ritmo que te mueve”, se celebró la VII Feria Internacional del Libro de Panamá, con República Dominicana como país invitado de honor.
En un espacio que abrió sus puertas a más de 700 títulos de autores dominicanos, estuvieron a la venta en el stand del Ministerio de Cultura de la República Dominicana.
Novelas, cuentos, poesías, revistas, ensayos y literatura infantil, fueron algunos de los géneros.
Un promedio de 14 mil libros dominicanos, de las principales editoras y librerías del país, estuvieron disponibles.
Entre las librerías y editoras dominicanas estuvieron: Ediciones Ferilibro, Ediciones Editora Nacional, Ediciones de Cultura, Ediciones Rumbo Norte, Ediciones Rumbo Sur, Ediciones Rumbo Este, Cuaderno de Lectura, Tinta Taller, Editora Santuario, La Trinitaria, Fundación Global, y Fundación Juan Bosch.
Finalmente, se realizaron presentaciones de libros y conferencias de escritores representativos del país, como Salvador Gautier, Ángela Hernández, José Luis Batista, Luis R. Santos, Minou Tavárez Mirabal y el periodista Euri Cabral.
La feria, que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones Atlapa, en el centro de la Ciudad de Panamá, terminó sus actividades el día de ayer.
Zoom
Representantes
La inauguración de la feria contó con la presencia de del Ministro de Cultura de la República Dominicana, José Rafael Lantigua; Briseida Bloise, Octavio Líster Henríquez, embajador de la República Dominicana en Panamá; Alejandro Arvelo, director general de la FIL de Santo Domingo, quien en su discurso agradeció la distinción que se le ha hecho al país.


En el pabellón de la República Dominicana


Diario libre
Nacionales
30/8/201Tuvo como país invitado a RD
Culminó con gran éxito la VII Feria Internacional del Libro en Panamá

Con un emotivo acto fue clausurada la VII Feria Internacional del Libro en Panamá, actividad en donde la República Dominicana fue el país invitado. En la ceremonia de cierre habló el embajador dominicano en Panamá, doctor Octavio Lister Henríquez, quien resaltó que el compromiso asumido por la República Dominicana fue cumplido, y elogió la destacada participación de la delegación dominicana, la cual tuvo un conjunto de actividades artísticas y culturales que fueron parte del atractivo de dicha feria en el país ístmico. Igualmente, el diplomático dominicano representante del país les pidió a los panameños acompañar a los dominicanos en la XV Feria Internacional del Libro que se realizará en la República Dominicana, y que tiene como invitado a los países centroamericanos, entre os cuales se encuentra Panamá.
En el acto de clausura de la VII Feria Internacional del Libro en habló la presidenta de la Cámara Panameña del Libro, licenciada Briseida Bloise, quien mencionó la apasionada participación de la representación dominicana en la fiesta del libro y la cultura. Asimismo habló la destacada escritora panameña, Rosa María Britton.
La VIII Feria Internacional del Libro que se celebrará en próximo año tendrá como país invitado a Francia.

El recinto de la Feria desde arriba


NOTICIAS SIN


República Dominicana invitado de honor Feria Internacional del Libro en Panamá
Libros
PANAMA.- República Dominicana fue el país invitado de honor de la VII Feria Internacional del Libro de Panamá, que se desarrolló del 24 al 28 de agosto, en el Centro de Convenciones Atlapa, de la ciudad de Panamá.
El Ministerio de Cultura participó en el evento con una amplia delegación, que incluyó escritores, editores, artistas y teatristas, y una programación que enfatizó aspectos relevantes de nuestra cultura, a través de la literatura, la historia, el teatro, la música, el cine y la gastronomía.
Durante el acto inaugural, se proyectó un mensaje enviado por Leonel Fernandéz, Presidente de la República Dominicana, en el cual, resaltó la importancia de este encuentro de dos naciones hermanas, y agradeció la distinción hecha al país, al elegirlo como Invitado de Honor.
La delegación fue encabezada por el Ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, acompañado de los viceministros Enegildo Peña y Alexander Santana; Alejandro Arvelo, director general de la FIL de República Dominicana y el escritor Pedro Antonio Valdéz, director ejecutivo de la FIL de República Dominicana.
Entre los escritores, participaron del programa cultural Minou Tavárez Mirabal, León Félix Batista, Basilio Belliard, Franklin Gutierrez, Ángela Hernández, Luis R. Santos, Carlos Nina Gómez, Miguel Collado, Manuel Salvador Gautier, Nayila Pichardo, Miguel Collado, entre otros. Además del comunicador Euri Cabral y el director de Diario Libre, Adriano Miguel Tejada.
Temas como Las Hermanas Mirabal, el 50 aniversario del ajusticiamiento a Trujillo, la lectura, la narrativa y la poesia dominicana, Juan Luis Guerra y 4:40, fueron expuestos por los miembros de la delegación, quienes, luego de sus exposiciones, compartieron con un público muy cálido e interesado por los distintos aspectos desarrollados.
La parte artística fue desarrollada por Rafael Solano, Nini Cáffaro e Ileana Reynoso, quienes ofrecieron un grandioso espectáculo musical luego del acto inaugural, el cual permitió a los asistentes disfrutar de los más grandes éxitos de la historia musical dominicana.
También Yiyo Robles y el Teatro Rodante que coordina Carlota Carretero, ofrecieron presentaciones teatrales en los distintos espacios feriales, representando fragmentos de la historia y la literatura dominicana.
En el área de cine, se exhibieron, a sala llena, las películas “Trópico de Sangre” de Juan Deláncer; “Un macho de mujer” de Alfonso Rodríguez, y “Un pasaje de ida” de Aglisberto Meléndez.
El Ministerio de Cultura contó con un amplio pabellón, donde exhibió la riqueza cultural de la República Dominicana, y otro espacio dedicados exclusivamente a la venta de libros de sus diferentes unidades editoriales, como asi también de otros sellos editoriales dominicanos, esta labor estuvo coordinada por Valentin Amaro, Director del Sistema Nacional de Talleres Literarios.
En este espacio, además del encuentro con el libro dominicano, los visitantes tuvieron la posibilidad de conocer a los autores que formaban parte de la delegación, quienes participaban a diario de firmas de libros y encuentros con escritores panameños.
Para la participación en la VII Feria Internacional del Libro de Panamá, el Ministerio de Cultura ha contado con el respaldo de la Embajada dominicana en ese país, a cargo del Embajador Octavio Líster.
A la FIL de Panamá asisten editores y libreros de muchos países de Latinoamérica, y en especial, del área centroamericana, región a la que se dedicará la FIL dominicana en abril del 2012.

Wednesday, August 31, 2011

35c MSG: Presentación de Dimensionando a Dios en panamá

MSG: PRESENTACIÓN DE DIMENSIONANDO A DIOS EN PANAMÁ
DIMENSIONANDO A DIOS
LA NOVELA SOBRE JUAN PABLO DUARTE
EL PADRE DE LA PATRIA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Por Manuel Salvador Gautier
Feria del Libro de Panamá
26 al 29 de agosto de 2011

INTRODUCCIÓN
Juan Pablo Duarte es el ideólogo de la independencia de la República Dominicana, proclamada el 27 de febrero de 1844. Es de los héroes que el pueblo dominicano reconoce y admira. Está considerado como uno de los Padres de la Patria, junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. Según los Apuntes que redactó su hermana, Rosa Duarte, la aventura de su involucramiento en las acciones independentistas comienzan cuando, en 1827, a los diecisiete años, viajaba a hacer estudios a Barcelona, en España. En ese momento, la República Dominicana estaba bajo el yugo de la República de Haití.
Dice Rosa Duarte: “El capitán del barco y Don Pablo Pujol (el tutor de Duarte) se pusieron a hablar de Santo Domingo sumamente mal y el capitán le preguntó a él (a Duarte) si no le daba pena decir que era haitiano. Juan Pablo le constestó: yo soy dominicano; a lo que con desprecio le contestó el capitán: tú no tienes nombre, porque ni tú ni tus padres merecen tenerlo porque cobardes y serviles inclinan la cabeza bajo el yugo de sus esclavos. Dice Juan Pablo: La vergüenza, la desesperación, que me causó tal confesión de que merecíamos ser tratados tan sin ninguna consideración me impidió pronunciar palabra, pero juré en mi corazón probarle al mundo entero que no sólo teníamos un nombre propio, dominicanos, sino que nosotros (tan cruelmente vilipendiados) éramos dignos de llevarlo…”
Rosa Duarte también explica que, a su retorno de Barcelona, uno de sus mentores le preguntó a Duarte “que era lo que en sus viajes le había llamado más la atención y le había agradado. “Los fueros y libertades de Baecelona, fueros y libertades que nosotros un día daremos a nuestra patria”, dijo.
Ese fue el compromiso que hizo Duarte a sus diecinueve años, y el que trató de cumplir.
Basado en estos dos episodios reales, estructuro la novela Dimensionando a Dios.

EL TEMA DE LA NOVELA: JUAN PABLO DUARTE
Desde principio de la década de los 90, cuando decidí dedicarme a la literatura, pensé en hacer una novela sobre Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, a quien admiro profundamente. Como hago siempre cuando tengo un tema que me interesa, preparé un cuaderno para apuntar las ideas que se me ocurrían sobre el personaje escogido y guardar todas las informaciones que aparecían en los periódicos y revistas y que podían servirme. Pasaba el tiempo. Leí los Apuntes de Rosa Duarte sobre la vida de su hermano, la novela La vida de Juan Pablo Duarte de don Pedro Troncoso Sánchez y otros documentos, pero no encontraba la historia que me estimulara a recrear ese personaje desconocido que es nuestro Prócer de la Independencia. Hasta que en enero de 2009 fui a la puesta en circulación del libro Juan Pablo Duarte y Diez, Fundador de la República Dominicana, de Leonor Ayala G., tataranieta de Vicente Celestino Duarte, el hermano mayor de Duarte. Allí encontré lo que buscaba. Las hermanas Ayala revivían con sus investigaciones a un Juan Pablo Duarte joven, a un mozo de diecisiete años que viaja a Barcelona a hacer estudios superiores con un tutor avezado, un comerciante ducho que, entre otras cosas, había sido corsario al servicio de los intereses de España.
Rosa Duarte nos cuenta en sus Apuntes que Duarte partió hacia Barcelona (no dice claramente con qué ideas en la cabeza, sólo a estudiar) y que, durante el viaje, tuvo una experiencia inquietante en la que un capitán lo insultó, poniendo en duda su patriotismo. Duarte reaccionó airado, proponiéndose, desde ese momento, libertar a su país. Y volvió de Barcelona influenciado por las leyes o fueros de Cataluña, dispuesto a estructurar y a organizar su país con una constitución que proponía crear un cuarto poder, el regional o municipal, el poder de la comunidad, con el cual Duarte esperaba controlar, hasta donde fuera posible, el autoritarismo que heredamos del imperio español, que él vivió en Barcelona con el despotismo de Fernando VII, y que experimentó en una versión similar, producto de la independencia francesa y de la de sus esclavos haitianos, con la dictadura de Jean Pierre Boyer, Presidente de Haití durante la ocupación que ese país hizo al territorio dominicano por veintiun años.
Duarte pasó dos años en Barcelona. En sus investigaciones basadas en los escasos datos que hay sobre esta estadía, las hermanas Ayala llegaron a la conclusión que, en el único lugar donde el joven Patricio pudo estudiar durante estos dos años fue en el Seminario Conciliar de Barcelona, donde se forman los sacerdotes catalanes.
La idea me deslumbró:
¡Duarte había ido a Barcelona a estudiar sacerdocio! Una conclusión pelegrina a la que puede llegar la imaginación de un novelista, pero que no puede acoger un historiador, por falta de pruebas escritas.
Con esta idea en mente, determiné enseguida el curso de mi novela. Trataría sobre el conflicto que atormentó a Duarte, quizás durante toda su vida, entre su inclinación por servir a Dios y su deseo de luchar por la independencia y autonomía de su país.
En Dimensionado a Dios, doy substancia a este personaje.
El tiempo en que Duarte vivió en Barcelona se encuentra dentro de lo que la historia española llama “La década ominosa”, la década de terror, de 1823 a 1833, que Fernando VII, rey de España, impuso para dominar las ansias de autonomía de los catalanes. Como reacción, los catalanes formaron sociedades secretas para luchar por la independencia de Catalunya, como llamaban a su país.
Basado en estos hechos reales y supuestos, presento a un Juan Pablo Duarte ambicioso, decidido, a veces violento, que, desde el Seminario, se involucra en una intriga en la cual él se introduce en una de esas sociedades secretas y, junto con un compañero seminarista, estudia los fueros de Cataluña y las constituciones de Francia y Estados Unidos, con el fin de redactar una constitución que sirviera al nuevo país europeo. Así, dramatizo la manera en que la estadía de Duarte en Barcelona influyó en él para crear la Sociedad Secreta La Trinitaria, donde se formaron todos los patriotas que proclamaron la independencia, y para proponer, tan pronto se formó el país, la constitución que impediría la concentración de autoridad en el Poder Ejecutivo.
Algunas personas cercanas me han señalado que el título de la novela parece arquitectónico, influenciado por mi profesión. Otros consideran que me he extralimitado con un título que es casi una blasfemia contra Dios. La realidad es que todos los títulos de mis novelas son una síntesis del tema.
Voy a explicarlo.
Al final de la novela, motivado por una serie de acontecimientos, Juan Pablo Duarte concluye que la verdadera dimensión de Dios es la libertad. De aquí deducimos que todo lo que hizo durante su estadía en Barcelona, y todo lo que logró después, está permeado por esta intuición que nutre sus propósitos y lo impulsa a realizarlos. No hay dudas que Dios está ligado a la idea de libertad de Juan Pablo Duarte. No en vano lo coloca de primero en el lema: Dios, Patria y Libertad, que ideó para animar a sus compatriotas y que ubicó en la bandera nacional. Entendemos que Dios es su fuerza y, quizás, su debilidad. Dimensionando a Dios, Juan Pablo Duarte se dimensiona a sí mismo. En esa tesitura, surge el ideólogo de la libertad dominicana, el hombre que motivará a los otros a organizarse y a ejecutar el plan para lograr la independencia. Esta es su fuerza. Pero también emerge el pacifista, el hombre que, cuando hay que disputarle el poder a Pedro Santana, el general que obligó a los haitianos a retirarse a su propio país, se resiste a llevar al pueblo dominicano al matadero de una guerra civil. Esta es su debilidad. Una debilidad relativa, que nosotros apreciamos como tal por los resultados que tuvo: el alejamiento de Duarte de las decisiones para la estructuración final de la República Dominicana. ¡Quién sabe qué país tendríamos si Juan Pablo Duarte hubiese podido imponer sus ideas!
En Dimensionado a Dios, esa dualidad entre el ideólogo y el pacifista comienza a vislumbrarse.
Para mí, fue apasionante crear un personaje literario que respondiera a mi propia intuición de lo que fue, en la realidad, Juan Pablo Duarte. Este es el Padre de la Patria que les ofrezco y que comparto con ustedes.

LA ESTRUCTURA, LA TRAMA Y LA TÉCNICA DE LA NOVELA
La novela está dividida en tres partes, cada una subdividida, a su vez, en dos capítulos.
La primera parte, “En la búsqueda”, trata sobre el viaje de Duarte a Barcelona, donde tiene el enfrentamiento con el capitán del barco y decide luchar por la independencia dominicana. En esta parte, se presentan dos personjes en contradicción ideológica: Juan Pablo, el idelista, y su tutor, don Felipe Aguedó Calcull, el materialista. Hasta cierto punto, Aguedó Calcull es el alter ego de Duarte, el Duarte que hubiera sido si, en vez de dejrase llevar por la pasión de sus ideales independentistas, se hubiera concentrado en alcanzar el poder, un Duarte sin frenos y sin escrúpulos, como lo fue su oponente, Pedro Santana, atributos con los cuales logró la presidencia de la República Dominicana en sus inicios, donde impuso el autoritarismo como continuismo histórico del gobierno colonial.
La segunda parte, “El encuentro con Dios”, trata sobre la estadía de Duarte en el Seminario Conciliar de Barcelona, dedicado a establecer un vínculo con Dios, a pesar de las voces interiores que le recuerdan su compromiso libertario, y a pesar de comprobar que el sacerdocio es una preparación para imponer el dogmatismo fundamentalista de la Iglesia Católica. Allí conoce a don Miquel Mercer, seminarista dedicado a Dios, quien es el otro alter ego de Duarte, el hombre de fe que no se desvía de la causa de Dios, el Duarte que deseaba dedicarse a Dios y a la gloria de la Iglesia. En esta parte, comienza la intriga que llevará a Duarte a involucrarse con una sociedad secreta revolucionaria que lucha por la autonomía de Cataluña. También aparece la intriga en la que su tutor, don Felipe Aguedó Calcull, logra comprometerse para casarse con una heredera catalana, doña Esclarí de Pallares, una mujer de actuaciones misteriosas, que lo ubicaría entre los principales comerciantes de Barcelona, su gran ambición.
La tercera parte, “Dimensionando”, trata el momento en que finalmente Duarte se involucra con la independencia de Cataluña, comprometiéndose con los revolucionarios catalanes a convencer a don Miquel Mercer, su compañero seminarista, a que redacte una constitución para el país independiente por el cual luchan. En esta parte, Duarte define su dedicación a la causa independentista y debe decidir si sigue o no la causa de Dios. Aquí se unen las dos intrigas, la de Duarte por un lado y la de don Felipe Aguedó Calcull por el otro, ya que doña Esclarí, la prometida de Aguedó Calcull, resulta que pertenece a la sociedad secreta en la cual han involucrado a Duarte y es la persona que lo presenta a los revolucionarios.
La técnica usada en la novela consiste en alternar episodios entre Duarte y don Felipe Aguedó Calcull, en los cuales cada uno es el personaje principal.
En los episodios donde Duarte es el protagonista, el narrador está en tercera persona, intencionalmente, con el fin de crear un distanciamiento entre el personaje y el lector, de manera que este último tenga cierta objetividad en la apreciación y la apropiación del primero. Sin embargo, en ocasiones, se pasa a la primera persona, para recrear un momento íntimo del personaje. Y está el leif motiv: ¿Qué haces, hermanito, qué haces?, que se usa cada vez que Duarte percibe que no está cumpliendo con su compromiso de dedicarse a la independencia de su país.
En los episodios protagonizados por don Felipe Aguedó Calcull, el narrador está en primera persona, lo cual hace más dramáticos los despropósitos en que incurre el personaje.

CONCLUSIÓN
En Dimensionando a Dios, el autor introduce en la trama las características de Juan Pablo Duarte que se conocen históricamente. Entre estas:
La rabia e inconformidad que sintió cuando el capitán del barco lo insultó es la manifestación de un Duarte que se rebelaba contra el auroritarismo, lo cual motivó todas sus decisiones libertarias.
La disposición de hacer una sociedad secreta, cuando formó la Sociedad La Trinitaria, la adquirió en Barcelona. El planteamiento de crear una constitución donde existiera un cuarto poder, el municipal, lo trajo de allá; además, dijo explícitamente que lo adoptaría tan pronto pudiera hacerlo.
Incluyo una supuesta experiencia de Duarte en la presentación de obras teatrales, para enfatizar la estrategia que se trazó con el fin de ganar adeptos a la causa independentista en Santo Domingo, presentando obras como La viuda de Padilla, donde se proclama la libertad.
También aparece su atracción por las mujeres, con las cuales no llegaba a formar lazos permanentes. Se ha comprobado que la inquina que le tenía Tomás de Bobadilla y Briones, el cerebro que guiaba a Pedro Santana, se debe a que Duarte no cumplió con un compromiso de matrimonio que hizo con una sobrina de este. Sabe Dios si esto hubiese ocurrido, Bobadilla se dedica a promover a Duarte para la presidencia del país, en vez de a Santana, y toda nuestra historia sería distinta.
En Dimensionando a Dios, he tratado de recrear a un Juan Pablo Duarte que se corresponda con la verdad histórica; al mismo tiempo, lo rescato de ese mito que lo presenta como un hombre que pudo organizar los inicios de la indeopendencia pero que, por debilidades intrínsecas a su carácter, fue inconsistente, pues quiso ser, pero al final, tuvo que conformarse con no ser, quien dirigiera los destinos de la República Dominicana. El Juan Pablo Duarte que trazo es un hombre que toma decisiones y las lleva hasta donde puede hacerlo. Por qué no enfrentó a Pedro Santana es de las incógnitas que nuestros historiadores no han desentrañado o no han querido hacerlo. Como novelista, lo imagino: fue traicionado por quienes debían apoyarlo y, sin ese apoyo, resultaba vana la confrontación, un “matadero”, como dije antes… y Duarte era un idealista que cuidaba al detalle la ejecución de sus acciones; un realizador de cosas que fueran realizables, aunque parecieran imposibles, como fue la independecnia de nuestro país.
Dimensionado a Dios, en definitiva, es una demitificación de nuetro patricio Juan Pablo Duarte, una obra que maneja los recursos del postmodernismo.
En la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2011, en mayo de este año, la obra ganó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes, uno de los premios literarios de mayor prestigio en la República Dominicana. En el laudo, el Jurado otorgó el premio a esta obra…

“Por su calidad literaria y su excelente ritmo narrativo, que explora
utilizando la realidad histórica y la ficción, la conexión de
Juan Pablo Duarte en Barcelona y los movimientos libertarios de la
época que dan forma al pensamiento patriótico del Padre de la Patria.
La obra contribuye a un mejor conocimiento de la figura del patricio,
cuya biografía todavía mantiene facetas pendientes de exploración,
y enriquece igualmente la narrativa y la novela histórica dominicana.

35 VII Feria del Libro en Panamá


VII FERIA DEL LIBRO EN PANAMÁ

Pedro Antonio Valdez, Director Ejecutivo de la Feria Dominicana del Libro, me llamó por teléfono para decirme que yo había sido invitado por el Ministerio de Cultura a participar en la Feria del Libro de Panamá. Me explicó que este año la Feria había sido dedicada a la República Dominicana y que el Ministerio de Cultura (MINC) estaba enviando una amplia delegación.
Le pregunté qué haría yo allá.
-Presentar a Dimensionando a Dios, la novela tuya que ganó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes este año.
Tuve curiosidad.
-¿Quiénes más van?
-Luis Santos, Ángela Hernández, Alejandro Arvelo, Valentín Amaro, Miguel Collado y más gente. Allá te encontrarás con muchos conocidos.
No me aclararon si alguien iba a presentar la novela, así que preparé un trabajo tomando en cuenta que Juan Pablo Duarte es un desconocido en Panamá (incluía el texto que leí en la presentación aquí, en MSG80, pero ampliado).
Por email me siguieron llegando informaciones: Ángela Hernández vendría en el mismo vuelo que yo; la salida en avión sería por Copa, Airlines, el viernes 26 de agosto a las 9:00 a.m., vuelo 271, y la vuelta el lunes 29 a las 3:40 p.m., vuelo 268; nos darían unos viáticos para los gastos diarios; en el aeropuerto de Panamá nos esperaba un transporte para llevarnos al hotel; el hotel en Panamá era el Whyndam Garden, en la Calle 58 de Obarrio.
Isael y Oneida Pérez, de Editorial Santuario, me dijeron que iban a la Feria y llevarían mis libros, y todo funcionó a las mil maravillas.
El día anterior, la secretaria de Editorial Santuario me llamó para solicitarme si podría llevar veinte ejemplares del libro El liderazgo de Leonel Fernández de Oquendo Medina (ya Isael estaba en Panamá), a lo cual dije que sí, pero que si yo tenía que pagar exceso de equipaje me lo tendrían que compensar. Por email, Isael y yo quedamos en que llevaría menos cantidad (12).
Me pude comunicar con Ángela, y acordamos que ella me pasaría a buscar en la madrugada en un trasporte del Ministerio que nos llevaría al aeropuerto. También a ella le pidieron llevar (el MINC) unos libros que el Ministro José Rafael Lantigua estaba esperando.
Ángela es una tercia. El viaje de ida lo pasamos lo más bien, hablando sobre todo lo que nos interesa: literatura, uno que otro chisme del sector…
Llegamos a Panamá, y no aparecía la persona que se suponía que nos debía recibir; pero sí estaba, lo que pasaba era que el letrero con nuestros nombres no se veía claro, y el hombre estaba retirado un poco del paso de llegada.
Tampoco en el hotel nos esperaba nadie. Era ya mediodía; Ángela y yo decidimos comer algo y averiguamos de un restaurant económico cerca del hotel. Cuando volvimos, tampoco encontramos a nadie. Resolvimos el asunto a media tarde, cuando finalmente nos fuimos a la Feria.
Esta Feria es muy distinta a la nuestra. La organiza la Cámara del Libro, una institución del sector privado, y la hacen en un centro de convenciones enorme bajo techo, el Atlapa. Los visitantes pagan 3 dólares, y los participantes tienen que llevar una cinta verde de la que cuelga una identificación para que no le cobren cada vez que entran y salen del edificio.
La gente va a comprar libros. Pero hay una serie de conferencias en unos salones en la segunda planta, y allí fui varias veces a oír a Adriano Miguel Tejada, Director del Periódico Diario Libre, hablar sobre Trujillo; a Miguel Collado sobre su libro en el que recoge una serie de ensayos sobre Bosch; a Ángela sobre su último libro El peso del rocío; a Luis Santos sobre su novela Princesa de Capotillo; a varios poetas (Ángela, Valentín, Basilio y otros) leer sus poemas; a Carlota Carretero con su grupo teatral paseando por los pasillos con un sainete sobre María de Toledo y otro en el teatro sobre los taínos y las ciguapas. En el entre tiempo, me iba al pabellón de la República Dominicana donde estaban nuestros libreros Virtudes Uribe y Juan Báez de La Trinitaria, Isael y Oneida Pérez de Santuario y Valentín Amaro del MINC.
El pabellón dominicano tenía un sitio privilegiado en el medio del inmenso salón donde estaban las editoras locales. Allí me sentaba en el área de Santuario a dedicar mis novelas. Apareció una señora joven y muy agradable que las compró todas.
-Desde que las abría y leía un párrafo quedaba encantada y la quería leer entera –me dijo.
Fue maravilloso. ¡Imagínense ustedes! Ese es el tipo de lector(a) que cualquier escritor quisiera tener… ¡por miles!
Allí también conocí a la señora que debía presentar mi novela, doña Marisa de Talaveras, una mujer muy amable. Le pregunté si era escritora o crítica.
-Soy organizadora de círculos de estudio, donde leemos novelas, biografías y demás.
Suerte para mí; doña Marisa invitó a todos los miembros de sus círculos, y muchos se aparecieron al acto de puesta en circulación. Fue el sábado a la 7:00 p.m. En su lectura, doña Marisa decía que, para compenetrarme tanto con Juan Pablo Duarte como se evidenciaba en la novela Dimensionando a Dios, yo debía haber sido también un luchador contra la tiranía. Bueno. Fue una magnífica presentación. Luego yo leí mi texto, se hicieron muchas preguntas y todo el mundo quedó satisfecho.
Continuamos Ángela Hernández, Franklin Gutiérrez y yo con un coloquio sobre la narrativa dominicana. Cada uno leyó un texto propio, luego siguió un debate muy interesante. Dio la casualidad que los tres textos que leímos trataban a la mujer en términos eróticos, y hubo que explicarle a la concurrencia que esa no era la única tendencia de la narrativa en nuestro país. Todo quedó aclarado y la noche terminó con unas hermosas palabras de la presidenta de la Cámara del Libro, Briseida Bloise, felicitándonos por haber traído una delegación intelectual de tanta altura.
Como ocurre a veces en estas salidas, me pasó un incidente. La noche del viernes, cuando puse el aire acondicionado para dormir, resultó tan frío que me causó una neuralgia en las muelas. A las once comencé a dar vueltas en la cama, diciéndome que iba a pasar. Apagué el aire, hice como que no me dolía, y me dormí. A la una, a las dos, a las tres me despertaba ya con un dolor de muela localizado en uno de los molares de abajo. Me dormí finalmente y cuando desperté a las 7:00 a.m. ya no tenía dolor. Pero decidí ir donde un dentista. Y aquí tuve a un Pedro Antonio Valdez que se portó como un hermano. Llamó a la Embajada para averiguar si alguien podía venir de allá a llevarme donde un dentista; cuando vimos que el asunto con la Embajada se dilataba, me acompañó donde uno que quedaba cerca; en fin, me hizo sentir muy bien. Gracias, Pedro, por esa demostración de amistad. Luego, en la Feria, se nos presentó Paola Caamaño, mi compañera de aventuras literarias en el grupo de Juan Freddy Armando, para decirme que ella era la que venía a acompañarme al dentista. Una pena que no se diera.
Por la tarde del domingo, Ángela y yo vistamos el canal, vimos el movimiento de tres barcos en las reclusas, seguimos a la ciudad antigua de Panamá (la tercera, fundada en 1673, según nuestro guía y chofer, la segunda fue en 1519 y la primera fue antes, en Portobelo) y le dimos vueltas entre calles estrechas y edificios muy hermosos y bien cuidados, luego pasamos por un puente larguísimo a unas islas turísticas y, finalmente, fuimos a un mall (centro comercial) tremendo (si gastamos diez minutos en cada tienda nos tomaría 37 horas visitarlas todas, dijo nuestro guía).
Nos acercamos a los edificios altísimos de ciudad de Panamá. Hay uno en especial que llaman el “tornillo” porque no tiene una fachada plana sino que se retuerce como un helicoide. Fabuloso.
Ya empaquetando, Isael me dijo que había combinado con una editora panameña para dejar los libros de Santuario en venta, allá en Panamá. Así que los libros que quedaron míos (se vendieron casi todos) están a la caza de lectores, yo espero que como la señora mencionada.
El viaje de vuelta fue, como siempre, un poco triste, callado. Ya nuestro pensamiento estaba en lo que teníamos pendiente en Santo Domingo para esa noche y los días siguientes.

Señores, para mí, el viaje valió la pena. Confirmé que mi obra narrativa es universal; puede ser apreciada por todos en todos los países… y eso resulta sumamente gratificante.

35d VII Feria del Libro en Panamá: Las fotos


VII FERIA DEL LIBRO DE PANAMÁ AGOSTO 2011

Los rascacielos de Ciudad de Panamá El "tornillo", edificio helicoidal postmoderno El Centro de Convenciones Atlapa, en todo su esplendor El Centro de Convencioness Atlapa, más de cercaEl Pabellón de la República Dominicana, en el área de Editorial SantuarioFrente a los paneles con los escritores dominicanos El Minsitro José Rafael Lantigua y el Director Alejandro Arvelo, entre otros, cortan la cinta para dar apertura a la Feria El Minsitro lantigua junto a la Presidenta de la Feria Briseida BloiseEl Embajador de la Rep. Dominicana Octavio Líster con intelectuales panameñas El Embajador Líster con una escritora famosa panameña
El Viceministro Alexander Santana y el Director Alejandro Arvelo figureando
Un pasillo agitado de la Feria
Un escritor revisa su textoEntre montañas de libros


El hombre se fija bien antes de comprar un libro

Escaparates de libros

Sunday, August 21, 2011

34 Luis Beiro y La fascinación de la rosa

LUIS BEIRO Y LA FASCINACIÓN DE LA ROSA
En VENTANA del Listín Diario del sábado 20 de agosto de 2011, Luis Beiro hace un análisis muy breve, pero muy sustancioso de esta novela.

Luis Beiro, novelista, cuentista, ensayista y gran difusor de la cultura dominicana


LISTÍN DIARIO
20 de agosto de 2011

Ventana
NARRATIVA
La fascinación de la rosa, de M.S. Gautier Portada de La fascinación de la rosa


Novedad. Doi Gautier brilla con luz propia.

Luis Beiro
Santo Domingo


Es la más interorista de sus novelas y también la menos anecdótica. No quiere esto decir que estamos en presencia de un texto reflexivo con una trama ambigua. El relato no está contado a través de esquemas lineales, contentivos de los tradicionales elementos técnicos. “La fascinación de la rosa”, con estética intimista y escrita en primera persona del singular revela la vida de un hombre que no se da por vencido a pesar de que los años han cambiado el color de sus cabellos.
En su plena madurez literaria, Manuel Salvador Gautier nos entrega esta historia de amor donde el hombre lucha contra sí mismo en busca de la juventud perdida, lejos de la pasión gratuita y de la entrega morbosa.
Esta novela reinventa a un personaje contradictorio y a su vez rico en matices (Federico Nadal) que de pronto descubre que el amor en pareja es la condición indispensable para mantener la frente en alto ante los avatares de la cotidianidad. El protagonista, al igual que su posible futura paraje, Luisa Escobar, está trabajado literariamente a partir de un desarrollo sicológico elaborado con precisión de orfebre y pulso de guerrero. Gautier se esmera en la conformación de sus personalidades, en la perfección de sus diálogos y en los diversos episodios donde se ponen en juego la autenticidad de sus ilusiones y sobresaltos. Poesía, filosofía y reflexión humanística acercan esta prosa a las encrucijadas de saber, con elementos de misterio y ansiedad que ambos protagonistas irán descubriendo entre espíritus desbordantes de optimismo y fantasmas de una irrealidad demasido complicada como para ser vencida fácilmente por un hombre dispuesto a todo por conseguir lo que ama. La novela, editada por “Santuario” es una valiosa oferta para los amantes de las letras y otra contribución de su autor a la literatura dominicana actual.

Friday, August 12, 2011

33 El Premio Feria del Libro Eduardo León Jimenes


EL PREMIO FERIA DEL LIBRO EDUARDO LEÓN JIMENES


Manuel Salvador Gautier recibe el premio de manos del Minsitro de Cultura José Rafel Lantigua y del Presidente del Grupo León Jimenes Abel Waschmann



En el 2010, Editorial Santuario me publicó tres obras: La Fascinación de la rosa, Gautier visto por Gautier y Dimensionando a Dios. Cuando hablé sobre los premios con Isael Pérez, su Presidente, le dije que inscribiría a La fascinación de la rosa en el Premio Nacional de Novela Manuel de Jesús Galván, porque era una novela más cosmopolita que podría ser apreciada por el jurado extranjero que nombran, mientras que Dimensionando a Dios la inscribiría en el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes, porque el jurado allí es de dominicanos, que podrían apreciar mejor el giro que doy al pensamiento y obra de nuestro patricio Juan Pablo Duarte. La estrategia dio resultado.

El laudo que me entregaron en la ceremonia de premiación, el 17 de mayo de 2011, dice:


Ministerio de Cultura
Dirección General de la Feria del Libro y
Grupo León Jimenes
Acogiendo el veredicto unánime del Jurado otorgan

Premio Nacional Feria del Libro
Eduardo León Jimenes
a la obra

Dimensionando a Dios
del autor
Manuel Salvador Gautier

Por su calidad literaria y excelente ritmo narrativo, que explora,
utilizando la realidad histórica y la ficción, la conexión de
Juan Pablo Duarte con Barcelona y los movimientos libertarios de la
época que dan forma al pensamiento patriótico del Padre de la Patria.
La obra contribuye a un mejor conocimiento de la figura del patricio,
cuya biografía todavía mantiene facetas pendientes de exploración,
y enriquece igualmente la narrativa y la novela histórica dominicana.

Hecho y firmado de buena fe en un (1) original y una (1) copia,
A los diecisiete (17) días del mes de mayo del año dos mil once (2011)

José del Castillo: Jurado


Jeannette Miller: Jurado


Adriano Miguel Tejada: Jurado

Alejandro Arvelo
Director General de la Feria del Libro

33a Premio León Jimenes: Las fotos


LAS FOTOS




La mesa de honor, de pie mientras escuchan el Himno Nacional: Adriano Miguel Tejada, Jeannette Miller, Ministro José Rafael Lantigua, Abel Waschmann, Alejandro Arvelo y Luis del Castillo


La mesa de honor, durante el acto
Abel Waschmann, Presidente del Grupo León Jimenes
El Ministro de Cultura José Rafael Lantigua
Manuel Salvador Gautier y su sobrina, Alejandra Álvarez, durante el acto
Alejandro Arvelo, Director de la Feria del Libro

Manuel salvador Gautier recibe el certificado y el cheque de manos de Abel Waschmann y José Rafael Lantigua. Contempla: Adriano Miguel Tejada