Monday, June 21, 2010

14b Ramón Perdomo: Comentario a la novela El asesino de las lluvias

COMENTARIO A LA NOVELA
EL ASESINO DE LAS LLUVIAS
Por Ramón Perdomo
Ramón Perdomo recibe Medalla al Mérito Cultural MSG80

SALON AMERICA BERMÚDEZ AYUNTAMIENTO, SAN PEDRO DE MACORÍS
27 DE MAYO DEL 2001

Más que una crítica literaria a la obra El asesino de las lluvias, más que una reflexión, más que un análisis literario, me remito a reducir mi siguientes palabras a un simple comentario, porque de ninguna manera podría yo como sacrílego pagano, colocarme en tan alto peldaño para reducir al maestro Manuel Salvador Gautier, a las imprecisiones de un incipiente hacedor imberbe de la literatura pueblerina.
Esto es así, porque muy pocos de los novelistas dominicanos tienen en su aval haber producido una lista de diez novelas y todas, sin exclusión de la que vamos a comentar, escritas bajo las más rigurosas técnicas de la narrativa, y por eso dice el Maestro Bruno Rosario Candelier:
“Al hablar de la obra de Manuel Salvador Gautier, establezco un parangón con el mito por el vínculo semántico con el trasfondo de su de su operatividad como ficción y de su ejecutoria como novelista, porque Gautier plasma en su novela la esencia de la función mitológica: cuestiona y rechaza las inclinaciones deleznable de la condición humana, repudia y condena las manifestaciones indeseables de la realidad nefasta; reprocha y objeta las actuaciones injustas y discriminatorias de la conducta humana”.( Bruno Rosario Candelier).
Estas enunciaciones, dichas con una inmensa conciencia literaria, se manifiestan, párrafo por párrafo, cuando vamos conociendo al protagonista de El Asesino de las lluvias, el poeta Sergio Echenique, de quien el escritor desprende todas sus inconductas y deslumbra sus emociones incontrolables, las que quedan manifestadas a través de los celos, ya que sin saberlo, sin quererlo, sin proponérselo, mata a la esposa y el amante de ésta, en procura de matar a su vez a la joven mujer que deseaba.
Párrafos llenos de imágenes poéticas, que desvisten al escritor, porque en ellas lo acercan cada vez más a la poesía y lo invitan a tomar paralelamente dos géneros literarios que si bien es cierto tienen sus normas cada uno, también demuestra Gautier que pueden ir aparejados como los accidentes toráxicos de la mulata Silvina, que como su madre años antes, lo hizo vivir en el erotismo de la adolescencia. Y veamos pues líneas que confirman lo que dijo:
…..La flor se abrió y me enseñó su pistilo cuajado de partículas de polen, que se prendieron como soles diminutos para iluminar el espacio en que me hallaba, un lugar sin dimensiones donde nada y todo era real. Sentí un efluvio de paz, un deseo de amar todo lo que me rodeaba, de disolverme en lo impredecible. El aire cambió de un color negruzco a otro violáceo, se hizo espeso, de una viscosidad irresistible.
Cuando alcance a leer estas imágenes poéticas, en el primer capítulo, titulado COMO SER LA VERDAD Y NO EXISTIR, sentí la nasa del pescador que me arrastraba a los confines indescifrables de la creación poética, indudablemente llevada de la mano de la narrativa que se torna sencilla, simple y poco rebuscada en su lenguaje, no dejando ver su profundo conocimiento de nuestra lengua, y no se deja confundir con el manejo que tiene del Italiano y el Ingles y al respeto cito nueva vez el maestro Rosario Candelier, quien dice
“….Manuel Salvador Gautier tiene dominio de la lengua…él es de nuestros escritores que tiene un profundo conocimiento de nuestra lengua.”
En El asesino de las lluvias, como todo un experto y experimentado narrador y creativo, resuelve con facilidad los conflictos que se presentan entre Sergio Echenique y el régimen de Trujillo, al que éste tuvo que plegarse para evitar ser perseguido y sumarse a la lista interminable de intelectuales que sufrieron el destierro. Ya que su esposa Claudia era hermano de uno de los conspiradores contra el régimen.
Los eruditos de la literatura consideran que lo que engrandece a un narrador o novelista es la cosmovisión que pueda éste tener, entendiéndose que así la obra trasciende los linderos de las fronteras de los países, de las naciones y van a caer en las emociones que atrapan a los lectores del mundo de lo universal. Y eso aparece en esta novela cuando Sergio Echenique explica su condición de poeta así:
“-Ser poeta significa tener capacidad de interpretar la verdad en una síntesis que ningún otro intelectual logra. Somos sensibles a una manifestación transcendente de la realidad que hacemos comprender a los demás por medio de nuestros versos…”
No puedo pasar por alto, el tema del erotismo, lo crudo que lo maneja en ocasiones Manuel Salvador Gautier, pero también expone un erotismo que no es común y corriente, no un erotismo pagano y descriptivo abiertamente, sino un erotismo con decencia y una delicadeza extrema. Esto lo deja ver cuando Sergio Echenique describe a Silvina la que siendo sirvienta en su casa lo tiene deslumbrado, envuelto en una nebulosa que ella ni ha provocado, ni se da por enterada. En el capitulo segundo titulado: COMO MATAR UN SENTIMIENTO Y QUEDAR CONTENTO:
“Silvina es la florecita de mi visión infantil, que se abre y enseña sus partículas de polen prendidas como solo es diminutos para iluminar el camino.
Silvina es el ser insubstancial como mi aliento, categórico y pertinaz, que exclama: ¡Yo soy la vida y tú eres la muerte! Y disuelve el abandono existencial en que me encuentro.
Silvina es la inspiración que he creado para disipar le vejez de un poeta que quiso revolucionar el mundo; es la Poesía que me persigue desde niño y que me ofrece ahora una última oportunidad.
Silvina me ha mirado con sus ojos soberbios y sé que no podré desatar el esplendor de su adolescencia; que me traspasará como una espada dejándome angustiado y doliente, abandonado a mis pretensiones; que me desoirá como un árbol creciendo bajo los efectos atávicos de su propia naturaleza, inconsecuente con otros apremios, o que, encentrando su indiferencia en el poder absoluto de su sexualidad, me desechará, destruirá mi ego y desatará mis celos.
En El Asesino de las lluvias, Gautier no confunde al lector, aunque en su primer capitulo usa la narración en primera voz, en ningún momento matiza en lo dudoso, el estilo es usado casi a la perfección, mientras en los siguientes capítulos, el dos y el tres se convierte en un narrador omnisciente y profundiza en el manejo de los tres ejes de la creación novelística de las que hablan los eruditos.
1.-El del punto de vista. Es el enfoque narrativo desde la mirada del ejecutante, que en este caso es Sergio Echenique.
2.- El de la narración fictiva: Es cuando se narra un hecho de ficción, o sea cuando el escritor distingue la ficción del hecho real. Ejemplo: La represión en la tiranía de Trujillo y la ficción involucrar al cuñado de Sergio en un complot,
3.-El de las leyes novelísticas: Cuando la novela se construye bajo las normas y leyes de la novelística.
Para finalizar, quiero expresar mi gratitud, al grupo que hoy dirige la celebración de los 80 Años de Manuel Salvador Gautier y a los miembros del Ateneo Insular, movimiento interiorista por echarme la canana, para comentar la novela El asesino de las lluvias, la que se desarrolla en la República Dominicana, tiene tres capítulos y es la octava de las 10 novelas que catapultan a nuestro Manuel Salvador Gautier, cariñosamente Doi, como uno de los mas excelsos y productivos novelistas de todos los tiempos de nuestro país…..
Muchísimas gracias.
27 de mayo 2010.-
San Pedro de Macorís.

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