PALABRAS DE MANUEL SALVADOR GAUTIER
durante la lectura de su presentación
Creo que fue en septiembre del año pasado que Isael Pérez, Presidente de Editorial Santuario, me habló de publicar una recopilación de artículos y ensayos que críticos y otros intelectuales han escrito sobre mi obra literaria, la mayoría de ellos reproducidos en la prensa nacional. Desde que salió la tetralogía Tiempo para héroes en 1993, hasta el día de hoy, he guardado en álbumes los recortes de toda mi bibliografía pasiva, así que la idea me pareció muy buena y comencé a hacer la selección. Entonces surgió otra idea, también de parte de Isael: la de celebrar este año mis 80 años con una serie de actividades que trataran sobre mi obra literaria, promovidas por distintas instituciones del país. Se formó el Comité Organizador MSG80, y comenzamos a seleccionar los eventos que debíamos organizar. En una de las reuniones del Comité, Isael volvió a proponer la publicación de una recopilación de ensayos sobre mi obra literaria, pero, esta vez, de los trabajos que fueran presentados durante el Año Aniversario MSG80, lo cual a mí me pareció estupendo, y descarté lo que venía haciendo con los trabajos que guardaba en mis álbumes.
Me he convencido de que Isael Pérez es un hombre de ideas brillantes, pero distraído. Unos cuantos días después, en otra ocasión en que nos vimos, me volvió a hablar de publicar una recopilación de los ensayos ya reproducidos en la prensa nacional. Le dije que debía ser una cosa u otra: o los ensayos publicados anteriormente o los que harían los conferencistas y panelistas en las actividades MSG80, y que lo adecuado sería lo segundo, para animar a los nuevos analistas de mi literatura a producir sus trabajos. Isael insistió, argumentando que él necesitaba un libro que ilustrara mi obra y que él pudiera entregar a sus clientes. Fue cuando se me ocurrió que se publicaran los trabajos escritos por mí sobre mis propias obras, que serían como una anticipación a los que se presentarían eventualmente los distintos analistas en este Año Aniversario MSG80… y surgió Gautier visto por Gautier, un título que le puso Isael.
Como ustedes pueden apreciar, Isael Pérez ha tenido mucho que ver con la publicación de esta obra. Recientemente, le pregunté que de dónde había sacado la idea de publicar estas recopilaciones las obras de los escritores, y me explicó que en nuestro país hay una situación de la cual mucha gente no se ha dado cuenta, pero él sí. Y es que no hay trabajos críticos recientes realizados sobre las obras de los escritores dominicanos, que orienten a los lectores sobre lo que van a leer. A él, como Editor, esto le resulta problemático, ya que en la venta de los libros de Editorial Santuario, hay que promoverlos, y él no tiene manera de convencer a sus compradores sobre las bondades de sus productos, excepto por lo que él mismo les dice. No hay referencias documentadas a las que él pueda apelar cuando habla con el representante de una librería, con un director de una universidad o de una escuela, o con un maestro o una maestra para decirles: Mire, el crítico tal ha dicho tal cosa sobre esta obra.
Gautier visto por Gautier es un esfuerzo por presentar la obra de un escritor como la aprecia él mismo.
En la primera parte de este libro, se exponen trabajos escritos por mí, en los que trato mis seis primeras obras publicadas. Estos trabajos fueron preparados para distintas ocasiones y, por lo tanto, no responden a un patrón literario dado. Excepto uno de ellos, los demás no fueron hechos para darlos a conocer al gran público.
Para la tetralogía Tiempo para héroes, están las palabras de presentación que leí, en la que explico el enfoque que di a las cuatro novelas y predigo, asombrosamente, lo que sería mi trayectoria literaria que hoy tiene diecisiete años, si la contamos a partir de mi primera publicación en diciembre de 1993, y que tendría más de veinte si se hace a partir del momento en que comencé a escribir ficción en 1986. Lo que no dije en ese momento fue que ya tenía escrita otra novela, Toda la vida, y había comenzado una tercera, La mala maña, que está aún inédita.
Para presentar Toda la vida, escogí la comunicación que envié a Clodomiro Moquete, director de la revista literaria Vetas, en respuesta a un comentario negativo sobre mi novela, que hizo la crítica Valentina Sandoval en su columna “Críticas”. La Sandoval comparaba mi obra con la de Marguerite Yourcenal, Memorias de Adriano, sobre la vida del emperador romano que gobernó en el siglo II después de Cristo, cuando más persecución hubo contra los cristianos, y que la Yourcenal lo pone como el gran filósofo de entonces. También la Sandoval comparó a Toda la vida con la obra Bomarzo, de Manuel Mujica Láinez, que recrea la vida del duque Pier Francesco Orsini, noble italiano del siglo XVI. La Sandoval consideraba que mi personaje Chuchú, de Toda la vida, no tenía fuerza, comparado con las personalidades de estos dos gobernantes europeos. Ahora bien, en mi estadía en Italia había ido a visitar los palacios de Adriano, cerca de Tívoli, y el del príncipe Orsini, en Bomarzo, ambos en los alrededores de Roma, y conocía sus historias, que destilan muerte y corrupción. Sabía de las monstruosidades que habían cometido para mantenerse en el poder, mitificadas en las novelas de Yourcenar y Mujica. La comparación de la Sandoval no me amilanó, y me defendí. La respuesta que le di la encontrarán ustedes en este libro.
Mis primeras obras las publiqué yo, y debía venderlas yo mismo, lo cual para mí fue lo más trabajoso del mundo. Se publican mil ejemplares y una librería vende diez, quizás veinte; como mucho, cien. Si la obra tiene repercusión, unas cuantas más. Se distribuyen entre cinco o seis librerías y logras vender varios ejemplares más. Me di cuenta que debía buscar otro medio para difundirlas y lo encontré en la persona de doña Elisa Núñez, en el año 2000-2006, entonces Directora de Departamento de Letras de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Recinto Santo Domingo, quien, en distintos años, asignó a los estudiantes de literatura de primer término (un promedio de unos seiscientos estudiantes), la lectura de mis obras Serenata, Historias para un buen día y El asesino de las lluvias. Como parte del acuerdo al que llegué con la Dirección, era que, después que los estudiantes leyeran las obras, yo debía hacer una comparecencia ante ellos y responder a sus preguntas. Para mí, esto resultaba un deleite, ya que fui profesor universitario por unos cuarenta años. Hice algo más, preparé los trabajos que aparecen en esta obra para que fueran entregados a los profesores y eventualmente a los estudiantes. La fórmula funcionó a la perfección.
Para Balance de Tres escogí la presentación que hice de la novela en la apertura de la Biblioteca Dominicana en Miami, Florida, donde se me requirió hablar sobre mi persona y sobre la novela en cuestión. Esta actividad era el resultado del asesoramiento que daba el escritor René Rodríguez Soriano, ya instalado en esa ciudad, al Cónsul dominicano, el Sr. Gómez Arias. La Biblioteca sería un lugar de encuentro para los dominicanos residentes. Recuerdo que, en la invitación, René me instaba a conseguir libros para la Biblioteca, y yo le llevé una estupenda colección de los libros publicados por el Centro de Altos Estudios, que me entregó su rector magnífico, el Arq. Esteban Prieto. El caso fue que llegué a Miami con mi trabajo escrito y mis libros, y ya ante la numerosa concurrencia que asistió, compuesta por dominicanos y norteamericanos, me dijo René: La costumbre aquí es que el autor improvise. Y tuve que descartar lo que traía escrito. Así que este trabajo llega al público por primera vez en este libro que presentamos hoy.
Para Un árbol para esconder mariposas escogí las palabras que debí leer en la puesta en circulación de la obra, actividad que finalmente no se hizo. Así que también este trabajo es una primicia.
En estos trabajos, explico lo que significa para mí cada una de mis obras, la búsqueda que hice, el tema que desarrollé, la manera en que manejé la técnica, los personajes.
En la segunda parte de este libro, incluí dos entrevistas.
La primera entrevista completa la imagen de mi producción como intelectual y profesional con la inclusión de mi experiencia como arquitecto, y la preparó el Arq. Emilio José Brea, conocido crítico de la arquitectura dominicana, para una obra que aún no ha sido publicada, donde aparecerían entrevistados los arquitectos dominicanos más destacados del país.
La segunda entrevista es sobre mi experiencia como narrador, y la preparó René Rodríguez Soriano, para el viaje que realicé a Miami.
Cuando me preguntan cómo yo, siendo arquitecto, he podido producir una obra literaria tan significativa, respondo: En las dos apelé a mi creatividad, en arquitectura, a la manera en que imagino los espacios y las formas y, en literatura, a la manera en que imagino los acontecimientos y las personalidades de los personajes.
Para terminar, quiero agradecer a Isael Pérez, Presidente de Editorial Santuario, su fe en mí con la publicación de varias de mis obras y, ahora, con Gautier visto por Gautier. E incluyo a su esposa Oneida González, por su apoyo siempre consecuente.
También a doña Verónica Sención, por su amabilidad en permitirnos presentar la obra en este salón Pedro Mir, y a Cuesta de Libro por la promoción que nos hace.
Al estupendo narrador Luis R. Santos, autor de la magnífica novela Princesa de Capotillo y, últimamente, de la intrigante Paraíso para perversos, me queda sólo felicitarlo por la evaluación que ha hecho de una obra que no es fácil de analizar, por ser trabajos dispersos y, hasta cierto punto, un tanto enjundiosos. Gracias, Luis.
A Minerva Hernández, por esa estupenda manera que ella tiene de manejar la ceremonia de puesta en circulación de un libro, tan espontánea y, al mismo tiempo, tan consecuente.
Finalmente, mi agradecimiento a ustedes, amigos y amigas, que han venido a respaldar mi obra literaria. Gracias mil.
14 de mayo de 2010
Cuesta del Libro, Forum Pedro Mir
Santo Domingo
Me he convencido de que Isael Pérez es un hombre de ideas brillantes, pero distraído. Unos cuantos días después, en otra ocasión en que nos vimos, me volvió a hablar de publicar una recopilación de los ensayos ya reproducidos en la prensa nacional. Le dije que debía ser una cosa u otra: o los ensayos publicados anteriormente o los que harían los conferencistas y panelistas en las actividades MSG80, y que lo adecuado sería lo segundo, para animar a los nuevos analistas de mi literatura a producir sus trabajos. Isael insistió, argumentando que él necesitaba un libro que ilustrara mi obra y que él pudiera entregar a sus clientes. Fue cuando se me ocurrió que se publicaran los trabajos escritos por mí sobre mis propias obras, que serían como una anticipación a los que se presentarían eventualmente los distintos analistas en este Año Aniversario MSG80… y surgió Gautier visto por Gautier, un título que le puso Isael.
Como ustedes pueden apreciar, Isael Pérez ha tenido mucho que ver con la publicación de esta obra. Recientemente, le pregunté que de dónde había sacado la idea de publicar estas recopilaciones las obras de los escritores, y me explicó que en nuestro país hay una situación de la cual mucha gente no se ha dado cuenta, pero él sí. Y es que no hay trabajos críticos recientes realizados sobre las obras de los escritores dominicanos, que orienten a los lectores sobre lo que van a leer. A él, como Editor, esto le resulta problemático, ya que en la venta de los libros de Editorial Santuario, hay que promoverlos, y él no tiene manera de convencer a sus compradores sobre las bondades de sus productos, excepto por lo que él mismo les dice. No hay referencias documentadas a las que él pueda apelar cuando habla con el representante de una librería, con un director de una universidad o de una escuela, o con un maestro o una maestra para decirles: Mire, el crítico tal ha dicho tal cosa sobre esta obra.
Gautier visto por Gautier es un esfuerzo por presentar la obra de un escritor como la aprecia él mismo.
En la primera parte de este libro, se exponen trabajos escritos por mí, en los que trato mis seis primeras obras publicadas. Estos trabajos fueron preparados para distintas ocasiones y, por lo tanto, no responden a un patrón literario dado. Excepto uno de ellos, los demás no fueron hechos para darlos a conocer al gran público.
Para la tetralogía Tiempo para héroes, están las palabras de presentación que leí, en la que explico el enfoque que di a las cuatro novelas y predigo, asombrosamente, lo que sería mi trayectoria literaria que hoy tiene diecisiete años, si la contamos a partir de mi primera publicación en diciembre de 1993, y que tendría más de veinte si se hace a partir del momento en que comencé a escribir ficción en 1986. Lo que no dije en ese momento fue que ya tenía escrita otra novela, Toda la vida, y había comenzado una tercera, La mala maña, que está aún inédita.
Para presentar Toda la vida, escogí la comunicación que envié a Clodomiro Moquete, director de la revista literaria Vetas, en respuesta a un comentario negativo sobre mi novela, que hizo la crítica Valentina Sandoval en su columna “Críticas”. La Sandoval comparaba mi obra con la de Marguerite Yourcenal, Memorias de Adriano, sobre la vida del emperador romano que gobernó en el siglo II después de Cristo, cuando más persecución hubo contra los cristianos, y que la Yourcenal lo pone como el gran filósofo de entonces. También la Sandoval comparó a Toda la vida con la obra Bomarzo, de Manuel Mujica Láinez, que recrea la vida del duque Pier Francesco Orsini, noble italiano del siglo XVI. La Sandoval consideraba que mi personaje Chuchú, de Toda la vida, no tenía fuerza, comparado con las personalidades de estos dos gobernantes europeos. Ahora bien, en mi estadía en Italia había ido a visitar los palacios de Adriano, cerca de Tívoli, y el del príncipe Orsini, en Bomarzo, ambos en los alrededores de Roma, y conocía sus historias, que destilan muerte y corrupción. Sabía de las monstruosidades que habían cometido para mantenerse en el poder, mitificadas en las novelas de Yourcenar y Mujica. La comparación de la Sandoval no me amilanó, y me defendí. La respuesta que le di la encontrarán ustedes en este libro.
Mis primeras obras las publiqué yo, y debía venderlas yo mismo, lo cual para mí fue lo más trabajoso del mundo. Se publican mil ejemplares y una librería vende diez, quizás veinte; como mucho, cien. Si la obra tiene repercusión, unas cuantas más. Se distribuyen entre cinco o seis librerías y logras vender varios ejemplares más. Me di cuenta que debía buscar otro medio para difundirlas y lo encontré en la persona de doña Elisa Núñez, en el año 2000-2006, entonces Directora de Departamento de Letras de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Recinto Santo Domingo, quien, en distintos años, asignó a los estudiantes de literatura de primer término (un promedio de unos seiscientos estudiantes), la lectura de mis obras Serenata, Historias para un buen día y El asesino de las lluvias. Como parte del acuerdo al que llegué con la Dirección, era que, después que los estudiantes leyeran las obras, yo debía hacer una comparecencia ante ellos y responder a sus preguntas. Para mí, esto resultaba un deleite, ya que fui profesor universitario por unos cuarenta años. Hice algo más, preparé los trabajos que aparecen en esta obra para que fueran entregados a los profesores y eventualmente a los estudiantes. La fórmula funcionó a la perfección.
Para Balance de Tres escogí la presentación que hice de la novela en la apertura de la Biblioteca Dominicana en Miami, Florida, donde se me requirió hablar sobre mi persona y sobre la novela en cuestión. Esta actividad era el resultado del asesoramiento que daba el escritor René Rodríguez Soriano, ya instalado en esa ciudad, al Cónsul dominicano, el Sr. Gómez Arias. La Biblioteca sería un lugar de encuentro para los dominicanos residentes. Recuerdo que, en la invitación, René me instaba a conseguir libros para la Biblioteca, y yo le llevé una estupenda colección de los libros publicados por el Centro de Altos Estudios, que me entregó su rector magnífico, el Arq. Esteban Prieto. El caso fue que llegué a Miami con mi trabajo escrito y mis libros, y ya ante la numerosa concurrencia que asistió, compuesta por dominicanos y norteamericanos, me dijo René: La costumbre aquí es que el autor improvise. Y tuve que descartar lo que traía escrito. Así que este trabajo llega al público por primera vez en este libro que presentamos hoy.
Para Un árbol para esconder mariposas escogí las palabras que debí leer en la puesta en circulación de la obra, actividad que finalmente no se hizo. Así que también este trabajo es una primicia.
En estos trabajos, explico lo que significa para mí cada una de mis obras, la búsqueda que hice, el tema que desarrollé, la manera en que manejé la técnica, los personajes.
En la segunda parte de este libro, incluí dos entrevistas.
La primera entrevista completa la imagen de mi producción como intelectual y profesional con la inclusión de mi experiencia como arquitecto, y la preparó el Arq. Emilio José Brea, conocido crítico de la arquitectura dominicana, para una obra que aún no ha sido publicada, donde aparecerían entrevistados los arquitectos dominicanos más destacados del país.
La segunda entrevista es sobre mi experiencia como narrador, y la preparó René Rodríguez Soriano, para el viaje que realicé a Miami.
Cuando me preguntan cómo yo, siendo arquitecto, he podido producir una obra literaria tan significativa, respondo: En las dos apelé a mi creatividad, en arquitectura, a la manera en que imagino los espacios y las formas y, en literatura, a la manera en que imagino los acontecimientos y las personalidades de los personajes.
Para terminar, quiero agradecer a Isael Pérez, Presidente de Editorial Santuario, su fe en mí con la publicación de varias de mis obras y, ahora, con Gautier visto por Gautier. E incluyo a su esposa Oneida González, por su apoyo siempre consecuente.
También a doña Verónica Sención, por su amabilidad en permitirnos presentar la obra en este salón Pedro Mir, y a Cuesta de Libro por la promoción que nos hace.
Al estupendo narrador Luis R. Santos, autor de la magnífica novela Princesa de Capotillo y, últimamente, de la intrigante Paraíso para perversos, me queda sólo felicitarlo por la evaluación que ha hecho de una obra que no es fácil de analizar, por ser trabajos dispersos y, hasta cierto punto, un tanto enjundiosos. Gracias, Luis.
A Minerva Hernández, por esa estupenda manera que ella tiene de manejar la ceremonia de puesta en circulación de un libro, tan espontánea y, al mismo tiempo, tan consecuente.
Finalmente, mi agradecimiento a ustedes, amigos y amigas, que han venido a respaldar mi obra literaria. Gracias mil.
14 de mayo de 2010
Cuesta del Libro, Forum Pedro Mir
Santo Domingo
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