InvitaciónDesde que hablamos sobre la actividad, Víctor Hugo Morales, el coordinador del Taller, me dijo que quería algo muy informal, con mecedoras, brindis de café o té y demás detalles que nos hicieran sentir como en nuestras casas. Acordamos que trataríamos sobre la creación de los personajes en la novela Serenata, que son muchísimos (para prepararme, comencé a contar los del primer capítulo: eran más de cien; decidí dejar eso y concentrarme en los principales). La idea era adentrarnos en la identificación de cada uno de los miembros de la familia Henríquez Ureña y de las personas que los rodeaban, las reales y las creadas por mí, y definir de dónde yo había sacado sus características, de manera que los contertulios captaran cómo un escritor investiga, imagina y crea a sus personajes. Por supuesto, de mis novelas, escogimos a Serenata por la similitud que hay entre el nombre de su personaje principal, Salomé Ureña, y el del Taller, que está dedicado a ella. Terminamos poniéndole al Coloquio el título de “Personajes diversos de Serenata (novela)”.
En otra ocasión Víctor Hugo me dijo que doña Verónica Sención cumplía años en los días que se haría el coloquio y que la había invitado para que estuviera con nosotros. Y me habló de celebrarle el cumpleaños (y el mío, que es en agosto) con una torta con velitas. Esto me encantó, pues soy un gran admirador de doña Verónica, a quien conocí en las magníficas tertulias que organizaba en la década de 1990 en el Hostal Nicolás de Ovando, junto con Juan Bosch y Pedro Mir, donde conocí muchísimos aspectos de nuestra literatura (era la época en que ya yo había decidido dedicarme a la narrativa y era insaciable buscando orientación para formarme como escritor).
El Coloquio se hizo en el Forum Pedro Mir de la Librería Cuesta, en Santo Domingo. Se organizó como programado y resultó entretenidísimo. Nos sentamos en sendas mecedoras. Doña Verónica habló sobre sus experiencias como promotora literaria y yo sobre los personajes de Serenata, como los descubrí en el Epistolario de la familia Henríquez Ureña, publicado en 1994 por la Secretaría de Educación. Tomamos café en tacitas y, al final, se brindó una torta muy sabrosa. Doña Verónica y yo salimos satisfechos por los reconocimientos que nos hicieron los contertulios, que no dejaban de demostrar su satisfacción con aplausos y, en ocasiones, con exclamaciones. Felicité a Víctor Hugo por una velada realmente distinta, donde lo significativo no era tanto lo que decíamos (que fue muy importante, sobre todo las declaraciones enjundiosas de doña Verónica sobre la situación actual de los promotores culturales), sino las relaciones humanas que se dieron, los lazos de mutuo entendimiento entre el público y los homenajeados.
Un abrazo de nuevo a esa magnífica mujer que es doña Verónica Sención.
En otra ocasión Víctor Hugo me dijo que doña Verónica Sención cumplía años en los días que se haría el coloquio y que la había invitado para que estuviera con nosotros. Y me habló de celebrarle el cumpleaños (y el mío, que es en agosto) con una torta con velitas. Esto me encantó, pues soy un gran admirador de doña Verónica, a quien conocí en las magníficas tertulias que organizaba en la década de 1990 en el Hostal Nicolás de Ovando, junto con Juan Bosch y Pedro Mir, donde conocí muchísimos aspectos de nuestra literatura (era la época en que ya yo había decidido dedicarme a la narrativa y era insaciable buscando orientación para formarme como escritor).
El Coloquio se hizo en el Forum Pedro Mir de la Librería Cuesta, en Santo Domingo. Se organizó como programado y resultó entretenidísimo. Nos sentamos en sendas mecedoras. Doña Verónica habló sobre sus experiencias como promotora literaria y yo sobre los personajes de Serenata, como los descubrí en el Epistolario de la familia Henríquez Ureña, publicado en 1994 por la Secretaría de Educación. Tomamos café en tacitas y, al final, se brindó una torta muy sabrosa. Doña Verónica y yo salimos satisfechos por los reconocimientos que nos hicieron los contertulios, que no dejaban de demostrar su satisfacción con aplausos y, en ocasiones, con exclamaciones. Felicité a Víctor Hugo por una velada realmente distinta, donde lo significativo no era tanto lo que decíamos (que fue muy importante, sobre todo las declaraciones enjundiosas de doña Verónica sobre la situación actual de los promotores culturales), sino las relaciones humanas que se dieron, los lazos de mutuo entendimiento entre el público y los homenajeados.
Un abrazo de nuevo a esa magnífica mujer que es doña Verónica Sención.
Les agradezco a los homenajeados, Don Manuel Salvador Gautier y doña Verónica Sención por su sincera amistad y por aceptar el reconocimiento con su asistencia a la tertulia del Círculo Cultural "Salomé Ureña Díaz", ese 25 de mayo del 2010 en el Foro Pedro Mir del Centro Cuesta del Libro.
ReplyDeleteLes agradezco a los homenajeados, Don Manuel Salvador Gautier y doña Verónica Sención por su sincera amistad y por aceptar el reconocimiento con su asistencia a la tertulia del Círculo Cultural "Salomé Ureña Díaz", ese 25 de mayo del 2010 en el Foro Pedro Mir del Centro Cuesta del Libro.
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