RESEÑA DE SERENATA
Por Albania Alvarado
Albania Alvarado en su exposición Albania Alvarado en la fila de recibo de La Multitud
Serenata: el simple hecho de pronunciar la palabra “serenata” nos lleva a un estado de nostalgia, alegría, recuerdo, amor, conquista…. Conquista que va desde el corazón de una mujer hasta una patria libre.
No podía elegirse mejor título para una novela que, dentro de sus fábulas, recorre la vida de intelectuales que apostaban al positivismo y la trasformación social; se trata de la familia Henríquez Ureña.
Donde nos perdemos entre la realidad y la fantasía, se muestra el compromiso social de esta familia, así como su intimidad y su lucha entre la vida pública y privada.
Nos dice Manuel Salvador Gautier, en sus palabras introductoras; “La presencia de Salomé está vibrante en todas sus escenas, igual que una mujer tras una ventana cerrada que no se ve pero que es fuente de inspiración de los hombres que le cantan”.
Es decir, que el autor muestra a Salomé como la mujer que se coloca detrás y, desde las sombras, inspira, motiva y guía los pasos de aquellos que recorren el mundo con sus ideas.
Salomé, mujer, esposa, madre, hermana, patriota. Como mujer: aquella que se entrega con pasión, que ama, que suena. Como esposa: la que calla, la que espera, la que cree y olvida. Como madre: abnegada, cómplice, preocupada. Como hermana: la protegida y traviesa. Como patriota: indomable, incansable y transmisora de sueños libertarios.
Un ser tan especial que crea rivalidad entre el hijo y el padre, ambos por captar su atención , más tarde, por hacer realidad sus sueños.
Según la interpretación de Chiqui Vicioso, cito: “Es evidente que en esta novela el personaje principal es Francisco Henríquez y Carvajal, a quien vamos descubriendo a través de las observaciones y reacciones de los distintos personajes de esta novela, y de sus propias reflexiones sobre Salomé, sus pasiones, sus ambiciones e infidelidades, no solo en su papel como pater familia sino en su función pública como secretario del presidente, y mediador frente a grupos de hombres alzados en armas.” Termina la cita.
Gautier muestra un hombre atrapado en sus debilidades, miedos, prejuicios, angustias, el cual necesita de la aceptación y aprobación de una compañera para alcanzar sus objetivos.
Un amor único y especial hacia Salomé, que lo atrapaba en una lucha interna entre la infidelidad y ese sentimiento que nadie más provocaba en él.
Si nos trasladamos en el tiempo, como muestra la trama, estas acciones de Francisco o Pancho, como le llamaban, eran parte de la vida machista existente y de la separación física de Salomé, mas nunca una separación del corazón.
Es importante señalar las precariedades económicas que tuvo que enfrentar Salomé, mientras Francisco alcanzaba mayor nivel intelectual; todo esto podía ser fruto del amor incondicional que ella sentía hacia él y ese deseo de que fuera cada vez mejor o, posiblemente, su conciencia de que a través de él era que sus postulados positivistas e innovadoras ideas se harían realidad.
Como muestra de ello coloco algunas de sus ideas y planteamientos, resumidos en la siguiente frase: “Cuando ganemos, instalaremos todas las escuelas que se necesiten. No quedará un solo ciudadano sin alfabetizar. Cuando ganemos, construiremos hospitales en todos los poblados y ejecutaremos programas de salud en todos los campos” (pág. 135)
Entre fábulas y realidades, éstas eran las expresiones de Pancho, quien deseaba encontrarse con esa mujer que nunca antes fue tan poderosa y frágil a la vez.
“Deseaba reivindicarte, Salomé, para reivindicarme yo”. “No te entendí. No eras tú. Prefiero el repunte de tu palabra romántica, el estruendo de tu invocación airosa” (pág. 171).
Dice Pancho en un arrebato poético:
“Te reivindicaré; seré el brazo a tu demanda, seré el clímax a tu apogeo, seré yo, el de siempre, el que te ama por lo que seremos” (pág. 172).
Aun después de la muerte, Salomé significa el porvenir, los sueños de ella serán la realidad que construirán sus cantores.
“Lo que fuimos y lo que nunca seremos. La dedico a tu silencio de espera, en que conjuga tu amor por la patria y por mí en evocaciones desesperadas. Te reivindico, Salomé, con mi fracaso” (pág.196).
Unas ideas que se diluyen bajo la opresión y dolor de un pueblo y que renacen sobre esta misma opresión y dolor.
“Estás en mí porque soy tu poema“(pág.196): pareciera presumido por parte de Pancho, pero no es así, realmente toda revolucionaria y revolucionario se entregan total a sus principios, creencias y sentimientos.
Debo reconocer que viajando por “Serenata” me perdí en un mundo de libertad, de amor real con sus altas y bajas, de discriminar entre amor y deseo, y sobre todo de entender qué tan grande puede ser la entrega a la patria.
“Serenata”, tus fábulas invitan a vivir nuestras vidas, nuestra realidad, pero también a sentar la base para reivindicar la patria.
No podía elegirse mejor título para una novela que, dentro de sus fábulas, recorre la vida de intelectuales que apostaban al positivismo y la trasformación social; se trata de la familia Henríquez Ureña.
Donde nos perdemos entre la realidad y la fantasía, se muestra el compromiso social de esta familia, así como su intimidad y su lucha entre la vida pública y privada.
Nos dice Manuel Salvador Gautier, en sus palabras introductoras; “La presencia de Salomé está vibrante en todas sus escenas, igual que una mujer tras una ventana cerrada que no se ve pero que es fuente de inspiración de los hombres que le cantan”.
Es decir, que el autor muestra a Salomé como la mujer que se coloca detrás y, desde las sombras, inspira, motiva y guía los pasos de aquellos que recorren el mundo con sus ideas.
Salomé, mujer, esposa, madre, hermana, patriota. Como mujer: aquella que se entrega con pasión, que ama, que suena. Como esposa: la que calla, la que espera, la que cree y olvida. Como madre: abnegada, cómplice, preocupada. Como hermana: la protegida y traviesa. Como patriota: indomable, incansable y transmisora de sueños libertarios.
Un ser tan especial que crea rivalidad entre el hijo y el padre, ambos por captar su atención , más tarde, por hacer realidad sus sueños.
Según la interpretación de Chiqui Vicioso, cito: “Es evidente que en esta novela el personaje principal es Francisco Henríquez y Carvajal, a quien vamos descubriendo a través de las observaciones y reacciones de los distintos personajes de esta novela, y de sus propias reflexiones sobre Salomé, sus pasiones, sus ambiciones e infidelidades, no solo en su papel como pater familia sino en su función pública como secretario del presidente, y mediador frente a grupos de hombres alzados en armas.” Termina la cita.
Gautier muestra un hombre atrapado en sus debilidades, miedos, prejuicios, angustias, el cual necesita de la aceptación y aprobación de una compañera para alcanzar sus objetivos.
Un amor único y especial hacia Salomé, que lo atrapaba en una lucha interna entre la infidelidad y ese sentimiento que nadie más provocaba en él.
Si nos trasladamos en el tiempo, como muestra la trama, estas acciones de Francisco o Pancho, como le llamaban, eran parte de la vida machista existente y de la separación física de Salomé, mas nunca una separación del corazón.
Es importante señalar las precariedades económicas que tuvo que enfrentar Salomé, mientras Francisco alcanzaba mayor nivel intelectual; todo esto podía ser fruto del amor incondicional que ella sentía hacia él y ese deseo de que fuera cada vez mejor o, posiblemente, su conciencia de que a través de él era que sus postulados positivistas e innovadoras ideas se harían realidad.
Como muestra de ello coloco algunas de sus ideas y planteamientos, resumidos en la siguiente frase: “Cuando ganemos, instalaremos todas las escuelas que se necesiten. No quedará un solo ciudadano sin alfabetizar. Cuando ganemos, construiremos hospitales en todos los poblados y ejecutaremos programas de salud en todos los campos” (pág. 135)
Entre fábulas y realidades, éstas eran las expresiones de Pancho, quien deseaba encontrarse con esa mujer que nunca antes fue tan poderosa y frágil a la vez.
“Deseaba reivindicarte, Salomé, para reivindicarme yo”. “No te entendí. No eras tú. Prefiero el repunte de tu palabra romántica, el estruendo de tu invocación airosa” (pág. 171).
Dice Pancho en un arrebato poético:
“Te reivindicaré; seré el brazo a tu demanda, seré el clímax a tu apogeo, seré yo, el de siempre, el que te ama por lo que seremos” (pág. 172).
Aun después de la muerte, Salomé significa el porvenir, los sueños de ella serán la realidad que construirán sus cantores.
“Lo que fuimos y lo que nunca seremos. La dedico a tu silencio de espera, en que conjuga tu amor por la patria y por mí en evocaciones desesperadas. Te reivindico, Salomé, con mi fracaso” (pág.196).
Unas ideas que se diluyen bajo la opresión y dolor de un pueblo y que renacen sobre esta misma opresión y dolor.
“Estás en mí porque soy tu poema“(pág.196): pareciera presumido por parte de Pancho, pero no es así, realmente toda revolucionaria y revolucionario se entregan total a sus principios, creencias y sentimientos.
Debo reconocer que viajando por “Serenata” me perdí en un mundo de libertad, de amor real con sus altas y bajas, de discriminar entre amor y deseo, y sobre todo de entender qué tan grande puede ser la entrega a la patria.
“Serenata”, tus fábulas invitan a vivir nuestras vidas, nuestra realidad, pero también a sentar la base para reivindicar la patria.
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