BALANCE DE DOS: TEONIL Y NILO
Una mini-lectura de Balance de tres (el gavillero y los otros),
de Manuel Salvador Gautier
4ta. Feria del Libro Dominicano en Nueva York
3 de octubre, en Boricua College
Por Kianny Antigua
Adrede me he quedado coja, o más bien pareja, al enfocar esta lectura en sólo dos de los muchos personajes que conforman la trama de esta novela. Mi motivo, muy personal, es simple: la personalidad del personaje principal femenino creado por el maestro Gautier me ha dejado alucinada. No menos fuerza e importancia, tanto para la trama como para la misma historia, tiene el personaje de Nilo Gómez, “el protegido”.
La primera parte de esta novela abre justamente con nuestra heroína: Teonil Ubiera. ¡Una mujer de armas tomar! Un personaje femenino ubicado en un tiempo narrativo de hace más de ochenta años, en un país tercermundista, bajo un gobierno de invasores y que tiene la coraza, la mujería (1), los ovarios de hacer con ella, con su cuerpo y con sus ideales lo que le place. Teonil, rehúsa casarse sin amor, no esconde sus ideas ante el mundillo masculino y sale de su casa en busca del amor y de sí misma. ¡Ah, pero aún más, ya quisiéramos las mujeres del siglo XXI, viviendo en la primera potencia mundial, poder decirnos a nosotras mismas, por ejemplo, que nos gusta un hombre casado sin sentir el más mínimo remordimiento; aún más, que lo que digamos o lo que pueda pensar la gente, nos valga! Estos ejemplos son sólo botones de la personalidad que le dio nuestro escritor a esta valerosa y enigmática dama. Como lo dicen los subtítulos de esta primera parte de la novela, aquí el escritor con una jerga “dulce como pulpa” (16) nos regala a la representación de la mujer como es: fuerte, bondadosa, bella, inteligente, pasional y luchadora en su anverso y reverso.
Teonil llega a nuestra isla compartida después de estudiar en París y encuentra su tierra y su gente subyugada no sólo bajo un dominio extranjero, sino también arraigada a creencias de índole poscolonial, donde el negro era sinónimo de esclavitud, la mujer lo era de ama de casa (ciega, sordomuda) y la mujer negra de comida para puercos. Esto, no obstante, no detiene a Teonil ante las numerosas barreras, excluyendo la de su casta y la económica, pues es de tez blanca y su familia es de clase alta, quien emprende diferentes proyectos vedados para una “señorita”, incluyendo el de conquistar y proteger a cuesta de todo a Nilo, que la atrae desde que lo ve padecer en el barco que la devuelve al cuadro de su infancia.
Nilo Gómez, del mismo modo, es uno de los dos personajes masculinos principales, y la otra parte de nuestro balance. Nilo es el rebelde con causa, el joven pudiente que se aleja de su riqueza para luchar, usando todas la armas, corporales y etéreas, en contra de la opresión. Tanto Nilo como Teonil son representaciones del valor sin índole, y sin limitaciones de la carne o/ni del espíritu. Nilo es el creyente que gracias a una experiencia temprana le confiere toda su confianza a la “Reina de las Aguas” la que, junto a los cuidados de Teonil (2), terminan salvando su vida. Nilo resulta herido a causa de una explosión/sabotaje y es su fe en lo sublime, el amor y la ayuda de su familia y de Herminio, el gavillero de nuestra historia, que lo transportan a él y el anhelo del pueblo a un lugar más seguro. Es, del mismo modo, la pluma de Manuel Salvador Gautier la que, en esta obra, inmortaliza la fuerza, la creencia y la esperanza sin condición de género.
*Abro un paréntesis antes de concluir esta mini-reseña para mencionar que me habría gustado presentarles a otro de los personajes principales en esta obra literaria. Si no lo hice fue debido al limitado tiempo de exposición con el que contamos en este momento. Sin embargo, lo traigo a colación porque reconozco la importancia histórica que tiene este personaje para nuestro pueblo y la valía sentimental que tiene para su creador. Gautier dedica esta novela a su tío Herminio Ricardo “soldado y gavillero (3)” quien fue muerto durante la invasión norteamericana, y es a él, a Herminio “el gavillero”, a quien, de igual modo lo hiciera con Teonil y Nilo, le dedico su atención.
NOTAS
(1) Relativo a mujer. Equitativo y contrario a hombría. Neologismo mío.
(2) Teonil trabaja como enfermera, pericia que también aprende en París junto a la carrera de diseñadora de modas.
(3) Gavillero: Salteador para algunos y patriotas que se opusieron, arma en mano, a la intervención norteamericana en el país entre 1916 y 1924, ocultándose en sierras y bosques para, desde ellos, hostigar a las tropas de ocupación; para otros no pasaron de simples bandoleros dedicados al pillaje. (Dicc. De Dom., por Carlos Esteban Deive)
La primera parte de esta novela abre justamente con nuestra heroína: Teonil Ubiera. ¡Una mujer de armas tomar! Un personaje femenino ubicado en un tiempo narrativo de hace más de ochenta años, en un país tercermundista, bajo un gobierno de invasores y que tiene la coraza, la mujería (1), los ovarios de hacer con ella, con su cuerpo y con sus ideales lo que le place. Teonil, rehúsa casarse sin amor, no esconde sus ideas ante el mundillo masculino y sale de su casa en busca del amor y de sí misma. ¡Ah, pero aún más, ya quisiéramos las mujeres del siglo XXI, viviendo en la primera potencia mundial, poder decirnos a nosotras mismas, por ejemplo, que nos gusta un hombre casado sin sentir el más mínimo remordimiento; aún más, que lo que digamos o lo que pueda pensar la gente, nos valga! Estos ejemplos son sólo botones de la personalidad que le dio nuestro escritor a esta valerosa y enigmática dama. Como lo dicen los subtítulos de esta primera parte de la novela, aquí el escritor con una jerga “dulce como pulpa” (16) nos regala a la representación de la mujer como es: fuerte, bondadosa, bella, inteligente, pasional y luchadora en su anverso y reverso.
Teonil llega a nuestra isla compartida después de estudiar en París y encuentra su tierra y su gente subyugada no sólo bajo un dominio extranjero, sino también arraigada a creencias de índole poscolonial, donde el negro era sinónimo de esclavitud, la mujer lo era de ama de casa (ciega, sordomuda) y la mujer negra de comida para puercos. Esto, no obstante, no detiene a Teonil ante las numerosas barreras, excluyendo la de su casta y la económica, pues es de tez blanca y su familia es de clase alta, quien emprende diferentes proyectos vedados para una “señorita”, incluyendo el de conquistar y proteger a cuesta de todo a Nilo, que la atrae desde que lo ve padecer en el barco que la devuelve al cuadro de su infancia.
Nilo Gómez, del mismo modo, es uno de los dos personajes masculinos principales, y la otra parte de nuestro balance. Nilo es el rebelde con causa, el joven pudiente que se aleja de su riqueza para luchar, usando todas la armas, corporales y etéreas, en contra de la opresión. Tanto Nilo como Teonil son representaciones del valor sin índole, y sin limitaciones de la carne o/ni del espíritu. Nilo es el creyente que gracias a una experiencia temprana le confiere toda su confianza a la “Reina de las Aguas” la que, junto a los cuidados de Teonil (2), terminan salvando su vida. Nilo resulta herido a causa de una explosión/sabotaje y es su fe en lo sublime, el amor y la ayuda de su familia y de Herminio, el gavillero de nuestra historia, que lo transportan a él y el anhelo del pueblo a un lugar más seguro. Es, del mismo modo, la pluma de Manuel Salvador Gautier la que, en esta obra, inmortaliza la fuerza, la creencia y la esperanza sin condición de género.
*Abro un paréntesis antes de concluir esta mini-reseña para mencionar que me habría gustado presentarles a otro de los personajes principales en esta obra literaria. Si no lo hice fue debido al limitado tiempo de exposición con el que contamos en este momento. Sin embargo, lo traigo a colación porque reconozco la importancia histórica que tiene este personaje para nuestro pueblo y la valía sentimental que tiene para su creador. Gautier dedica esta novela a su tío Herminio Ricardo “soldado y gavillero (3)” quien fue muerto durante la invasión norteamericana, y es a él, a Herminio “el gavillero”, a quien, de igual modo lo hiciera con Teonil y Nilo, le dedico su atención.
NOTAS
(1) Relativo a mujer. Equitativo y contrario a hombría. Neologismo mío.
(2) Teonil trabaja como enfermera, pericia que también aprende en París junto a la carrera de diseñadora de modas.
(3) Gavillero: Salteador para algunos y patriotas que se opusieron, arma en mano, a la intervención norteamericana en el país entre 1916 y 1924, ocultándose en sierras y bosques para, desde ellos, hostigar a las tropas de ocupación; para otros no pasaron de simples bandoleros dedicados al pillaje. (Dicc. De Dom., por Carlos Esteban Deive)
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